lunes, 26 de enero de 2009

Un inciso en el camino...

Ursiban y yo realizamos un inciso en el viaje hacia el este del país donde nos hallábamos ahora, conducidos, quizás, por el destino en busca de respuestas sobre el camino a seguir. Allí visitamos a un buen amigo mío, un poeta de palabras sinceras, de un romance eterno por todo lo que ama y de un corazón siempre en la mano, como ya le dije una vez en una estación de trenes mientras veíamos pasar a personas e imaginábamos sus vidas, sueños y esperanzas. Este poeta, merecía de hace tiempo ser visitado y finalmente pasamos una estancia genial de almas hermanas.

Desde un primer momento hubo un contacto muy amistoso, para no habernos visto nunca fue algo bastante familiar. Hubo una conversación inicial como con alguien que se conoce de hace tiempo, incluso tuve la sensación de que él y yo ya nos conocíamos de otra vida pasada.

El como conectamos me hizo recordar a la casi reciente conversación sobre los “hilos” que había tenido con Ursiban, con este amigo ya existían hilos previos que terminaron reforzándose aún más, pero también se formaron nuevas conexiones. Vaya, me acabo de dar cuenta que Ursiban realmente me ha influido aunque sea un poquito, como si fuéramos una especie de Quijote y Sancho que lograron influirse uno al otro.

Hubo comida de buena mesa especiada con hospitalidad, charlas impregnadas de naturalidad, teorías e ideas sobre textos que querían nacer, un visionado de una especie de Ciencia del Sueño que casi se tomó a lo literal y alguna que otra cosa como el caminar solitario por parte de Ursiban por esas tierras de magia existente y palpable. No me explicó mucho, como de costumbre, pero por sus ojos vi que sentía un poquito más de paz en el interior.

Ya para coger el tren de regreso, hubo tristeza por la corta estancia allí, pero alegría por el tiempo intercambiado y por las visiones de un futuro cercano. Ya en el tren, nos dejamos hipnotizar por los paisajes mientras en sueños perdíamos los sonidos de una Islandia olvidada…

Y proseguimos el viaje, pero, la historia continua en otro lugar...


Este texto está dedicado a un gran alma que me ha robado un poco de mí, gracias por hacerme ver un poco más la vida con más colores y menos grises y por regalarnos a todos esos textos de pureza. Por cierto, ¿recuerdas lo que dije que quería probar a escribir? Aquí tienes:

No entiendo de amor...

19 segundos

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1 comentario:

Vantysch dijo...

Querido Ursiban (sí, ahora ya lo pronuncio correctamente), algo de ti se quedó en el Este y, es cierto, algo islandés en alguna parte entre donde te encuentras tú y donde estoy yo.

Ser capaces de llorar y de reir por las mismas cosas (es veneno, pero huele a canela...) hace realidad esos hilos de los que hablabas hace tiempo.

Los textos de "sentimentalidad experimental" me parecen sublimes. Tienes la sensibilidad y el corazón suficientes para plasmar el amor de esa manera tan delicada y emocional al mismo tiempo.

Por cierto, alguien de quien hablamos mucho y por la que profesamos admiración común también toca el bajo (por eso lleva una clave de sol tatuada en el antebrazo...).

Ahora sí sabes dónde estoy

Un abrazo :)