viernes, 13 de junio de 2008

Andando...




Yusek era alto, de plumaje muy negro, de largo pico negro como la obsidiana y de una constitución esbelta que siempre intentaba ocultar. Sus ojos se fijaban en todo, como temiendo siempre a algo, así como siempre iba ocultandose de la luz del sol, lo único que lograría llamar la atención ante todo aquello que no habia allí.


Todos los días siempre caminaba por una senda que habia al lado del río, una senda que conocía muy bien y de la que sabia que no habia ninguna clase de peligro. Por allí nunca pasaba nadie, ni siquiera algún pequeño animal y en la cual el viento ni se molestaba apenas en acariciar pensando que no merecia la pena.
Pero para Yusek era una senda que adoraba, por que le permitia pasar por los arboles de los que cogia frutos y de la que nunca le faltaba agua cuando tenia sed.


La senda no terminaba, volvia siempre al mismo punto, un punto donde Yusek habia hecho referencia como un comienzo y final por estar ubicada una cueva a la que llamaba hogar.
Aunque muy en el fondo no estaba contento del todo con la senda, ya que en un punto de ella, se bifurcaba por otro camino que lo alejaba de allí, y eso no le gustaba, así que hace tiempo lo tapó con piedras y hojas para apartarlo de su visión. No existia lo perfecto, era su conclusión, pero si tapabas los defectos, al menos, podía olvidarse de ellos y seguir con su vida sin problemas.

Todos los días, hacia siempre la misma ruta. Nada más despertar, salia de la cueva y daba una vuelta por la senda, siempre a la sombra todo el camino, desayunaba de un manzano cercano y observaba el paisaje un poco receloso por verlo diferente conforme pasaban las estaciones.
Siempre que paseaba, el ruido del río le relajaba, le permitia adentrarse profundamente en sus pensamientos en una armonía que solo la naturaleza puede ofrecer.

Le gustaba todo aquello, era todo una rueda enorme que giraba todos los dias con una perfección casi endiablada, ofreciendole todo lo que podía desear: comida, calma, buen ambiente (aunque a veces cambiante) y un lugar para dormir. Siempre lo mismo, pero a él le gustaba, era su vida y no pensaba cambiarla por nada del mundo.


Un día, paseando matutinamente como de costumbre, su ruta inquebrantable fué hecha añicos por la aparición de una pequeña figura cerca del manzano. Yusek se acercó con temor, aquello no deberia estár ahí, estaba perturbando la eterna armonía que hacia magico aquel lugar, tenía que espantarlo y alejarlo como fuera.
Conforme se acercó, pudo apreciar más a la figura,
era un ser curioso y animado que intentaba en vano, con pequeños saltitos, alcanzar aunque fuera una pequeña manzana del imponente manzano. Era de un color anaranjado mezclado con blanco, de orejas caninas y un pequeño morro que sobresalia de su rostro. Sus fieros ojos negros de depredador, le inspiraron gentileza, algo que no le gustó a Yusek, confundiendolo y poniendolo a la defensiva conforme se acercaba.

Aquellos ojos, miraban hacia arriba pensando alguna manera de ganarse el cielo...

martes, 10 de junio de 2008

Silencio...

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¿Como va eso?

Hoy voy a colgar un disco que personalmente me gusta mucho:






El grupo, muchos lo conoceréis, son The Mars Volta, conocidos por sus frenéticos ritmos, un aparente caos en su música e improvisaciones por doquier donde haga falta. Por ahora es mi disco favorito de ellos, peleando con su increíble debut De-loused In The Comatorium que va ganando puestos de cerca conforme más conozco a este grupo.

El disco que comento es Frances The Mute, disco conceptual basado en un diario que la banda encontró en un coche abandonado (¿porque a mi como músico no me pasan cosas así? xD). Pero no es una versión normal, si no una versión especial retocada por un fan. Me explico.
Al parecer, del disco original, fue quitada una canción, la que da titulo al disco exactamente, poniéndola al final en un EP. No sé por que al final no fue puesta en el disco, me imagino que por duración.

Pues bien, este fan del que hablamos, ha cogido la canción extraída y la ha colocado al principio del disco en modo de intro quedando muy bien. De paso, a retocado este y los demás temas acortando las partes "rayantes" (que a mi no me molestaban la verdad) quedando un disco más asequible y de "más fácil" escucha a mi parecer.

Bien, mi humilde opinión es que ha mejorado varias partes sí, pero, como el disco original lo he escuchado mil veces, hay cosas que se me hacen extrañas, supongo por la costumbre.

Así que os coloco las dos versiones del disco, la nueva retocada y la original añadiendo la pista extraída en su versión original, sin toqueteos.

Lo recomiendo a todos aquellos oídos exigentes o acostumbrados a música más técnica. El disco cuanto más lo oyes más diferente te parece, y es debido a que es tan complejo y lleno de detalles que en cada escucha vas apreciando más y más a estos genios del rock...


Ya me decís cual de los dos discos os gusta más ;)



¡Silencio!

Las calles intentan dormir

¡Silencio en las calles! En estas se gestan todo tipo de ansiedades, de estrés y de insomnios por dormir.

No ha parado de trabajar en todo el día, pero necesita hacer horas extras por la noche para después madrugar y al rato volver a empezar... así todos los días.
¿Qué hay de los fines de semana dices? Tampoco puede parar, hay que comprar, pasear, hablar, beber, leer y yo que se que mil cosas más. Todo ello, para luego, volver a intentar a dormir sin éxito...

Es un milagro que aún siga con vida, ¿no? Tanta energía infinita filtrada a través de centenares de miles de seres diminutos. La verdad que no se diferencia en absoluto de nosotros... bueno, que es un poco más sucia, pero no se puede permitir una buena ducha siempre, solo cuando Dios le entra el capricho y las repasa a ella y a sus hermanas. Mira, en eso nos diferenciamos, que incluso lavándose no para ni un momento...

¿Qué dices que es una maravilla visitarlas de todas maneras? Pues eso es verdad, aunque siempre estén liadas, no dicen que no y nos dejan un hueco para verlas a la hora que haga falta. Eso es porque les gusta que las vean, aunque muchas estén sucias y semi-estropeadas. Aunque nosotros nos quejemos varias veces, en el fondo no nos importa su mal aspecto. Nos gusta verlas de todas maneras, siempre solemos ver el lado bueno de ella que no suelen ver esos mismos seres que le dan vida.

Hay que ver, este trabajo, siempre cegando y preocupando a la gente...

viernes, 6 de junio de 2008

Familiar...


Continuamos con otro disco que descubrí hará ya un largo año (como pasa el tiempo de rápido), en el cual puedo presumir de aparecer en los agradecimientos especiales:


Abigail's Ghost - Selling Insincerity


Con un claro sonido a lo Porcupine Tree, pero, eso sí, con toque muy personal, Kenneth Wilson (que casualidad el apellido) no quiere ocultar esta influencia y nos brinda con un excelente disco.

Oscuro, sincero y directo, este grupo novel empieza con un debut hecho con muchas ganas e ilusión, cuidando hasta el último detalle en la producción y los arreglos, consiguiendo un resultado más que notable.

Lleno de detalles, es un disco para disfrutar tranquilamente y admirar el esfuerzo de sus creadores. Recomendado a todo el mundo, sobretodo si eres fan de los citados primero.




Dime Ursiban, ¿tienes familiares?


Ursiban no reaccionó ante mi pregunta, siguió mirando a un lado hacia la nada en aquel bello prado de color amarillento por la escasez de lluvias. Habíamos decidido descansar un poco allí, en aquel lugar perdido en el que el hombre aún no había tenido oportunidad de poner sus civilizadas zarpas encima.

Por fin, el muchacho decidió mirarme, giró la cabeza lentamente y me miró con su gentil mirada y con una apacible sonrisa en los labios:

- Sí -se limitó a decir.

Tuve que insistir un poco más para sacarle información sobre su familia, al final, tras hablarle un poco de la mía viendo que no se animaba, pude sacarle algo:

- Una abuela...

Interesante, al parecer, Ursiban se había criado con una mujer del campo poco acostumbrada a la ciudad y, entre los dos, tuvieron que adaptarse a la moderna y supuesta cómoda urbe.

Por lo poco que me contó, ella era una mujer inteligente y astuta, que se sacrificaba por los suyos, aunque eso significara tan solo mal para ella misma. Algo digno de admiración, pero que por desgracia, hoy en día (e incluso antes, supongo) mucha gente no sabe valorar. Preferimos valorar a gente que convencen con buena labia aunque vivan del cuento (o de actitud similar).

Según contó, siempre que tenían un rato libre volvían al campo, su abuela siempre le decía que no podía dejar atrás sus raíces, se sentía extraña si no sentía la tranquilidad y la naturaleza del campo. Extraña por no sentir en el paisaje los tonos verdes fusionándose con el azul celeste de la tierra que la vio nacer.

Ursiban contaba lo menos posible, pero mi curiosidad y mi perseverancia fueron más fuertes que su reservada actitud y conseguí que me contara algo más.

Al parecer, también tenían una especie de juego especial entre ellos, inventado por su abuela, que trataba de que, siempre que veían algún tipo de animal, creaban historias o cuentos sobre ese animal en concreto, llegando a imaginar todo tipo de aventuras que podrían haber ocurrido.
Me pareció una curiosa y buena manera para aprender, su abuela a la vez que lo divertía, le enseñaba y le desarrollaba de paso la imaginación.

Intenté imaginar los buenos momentos si hubiese tenido una abuela como la suya, la de historias que hubiera conocido o hubiese creado mi mente. Me di cuenta que yo no fui ese tipo de niño, ¿fui extraño entonces?
A su vez, me hizo preguntarme si tanta imaginación a la larga es buena, si no nos encerraba con ello en una burbuja ignorando la cruda realidad. Supongo, que cada uno tenemos una vía de escape contra los problemas cotidianos (y no tan cotidianos) y contra el típico estrés moderno. Así que quizás tampoco está tan mal, supongo que solo hay que saber controlarlo.

Eso me hizo esbozar un tipo de sonrisa que hacia tiempo que no había tenido. Me sentí extraño y melancólico, pero para nada mal, si no con una sensación confortante, así como extraña y familiar al mismo tiempo.

La historia de Ursiban despues de dejarme pensativo un rato, hizo darme cuenta que quizás ahora comprendía un poco más el funcionamiento de su mente. Puede que siempre estuviera pensativo imaginando todo tipo de historias, recordando con ello la buena época de su abuela. O eso creo al menos.



Como ya he dicho, ya no quedan personas como su abuela. No sé si seguirá viva, no quise indagar más por si se molestaba, pero es muy claro que hoy en día ya no pasamos tanto tiempo con nuestra imaginación, o incluso con nuestras personas más mayores, preferimos otros divertimientos menos naturales...


jueves, 5 de junio de 2008

Déjame acompañarte...


Inauguro el blog con un buen disco que descubrí hace relativamente poco:



Ghost, del grupo "en solitario" de un talentoso (y, quizás, en un futuro, muy conocido) Ben Cooper (Electric President) está basado según dice en una vieja casa en la que vivía.

El disco vuelve a hacer soñar a todo aquel que esté dispuesto a dejarse dominar por las dulces melodías y la ensoñadora nostalgia con la que esta cargado. Es de esos discos que enamoran a la primera, apto para todos los gustos y, sobretodo, para quien busque sinónimo de calidad si, como yo, no tiene manía por ningún tipo en concreto de sonido...



Déjame acompañarte en todos tus viajes. Pensarás que ya lo he hecho siempre, pero esta vez será diferente, esta vez abriremos nuestra alma y mente. Déjame que me conozcas…

Ursiban era extraño pero familiar, de complexión muy delgada pero sin dejar ver los huesos. No tenía absolutamente ni un solo pelo en el cuerpo, mostrando una piel tan blanca como la leche, o más, si eso era posible.
Su rostro inspiraba bondad, calma, serenidad, alguien de mucha confianza y de amistad profunda, aunque no te lo hubieses topado nunca. Siempre estaba serio y pensativo mirando todo lo que le atraía curiosidad, que solía serlo todo.
Por lo poco que lo conocía, aunque él insistía que nunca se había separado de mí, era un alma insaciable de conocimiento y tenia una búsqueda personal, no muy clara.

Esta vez me sonreía, aunque digo eso por decir, ya que para mí era prácticamente la primera vez que estaba con él, pero como él insistía de conocerme de sobra, y aún encima me daba sensación de ser así, lo dejaba pasar. Me gustaba su compañía, hacia más amena mi estancia en aquel tren, para nada desagradable y con uno de los mejores paisajes que había visto nunca.

Conforme miraba a Ursiban, cada vez me picaba más la curiosidad por saber que pensaba, cual era el funcionamiento de su cabeza y, por supuesto, como conseguía con solo su presencia calmar hasta las más fieras bestias e inspirar hasta a los artistas más acabados.

Dejé de preguntármelo por que algo me decía que no iba a lograr nada dándole vueltas al asunto, así que me relajé (aún más) y pegué otra cabezada disfrutando de aquella situación.

Quien sabe cuantas veces en la vida iba a estar uno así de bien…