sábado, 23 de enero de 2010

El Árbol de la Vida

¿Cuantos años han pasado? Te preguntastes, el tiempo es tan relativo y una invención a veces tan mala del ser humano que ni lo recuerdas, tan poco lo necesitas que sabes que fué hace X cantidad de esa mentira y con eso basta.


El arbol, fiel compañero a pesar de que núnca te ha dirigido la palabra, al principio pensastes que era tímido o solitario, pero al final comprendistes que era parte de tí y que ya lo sabiais todo el uno del otro por lo que no hacía falta recordaros lo que ya se sabe.
Pero aún así hay cosas que aún no conoces de ese arbol, tantas como ocultas (incluso a tí mismo) en tú interior si seguimos esa lógica antes mencionada.


El sol está ya cansado de dar tanto el brazo y no la mano que decide irse pronto a visitar a sus otros vecinos, a ver si estos no se portan tan mal, aúnque este no escarmienta núnca y volverá a caer en el mismo error. Llegaste a la conclusión de que en el fondo le gustaba eso de darlo todo y que era tan humano como nosotros, o mejor dicho ¿no será al reves? que tonterias te estás diciendo a tí mismo, a tu edad, somos nosotros mismos los que hacemos humanos a las cosas.


¿Es el viento una respuesta? te viene de golpe a la mente, hay una "cosa" que jamás has dejado de hacer y es pensar sin parar, cabilar, sacar conclusiones, es algo que ya no sabes si te encanta o no, simplemente sabes que es un vicio sano y que nunca te ha hecho mal, todo lo contrario, preguntarse es símbolo de madurez, o eso al menos dicen algunos sabios o los escritos de los labavos de un bar de carretera.
Pero no estás hoy para preguntas, si no para respuestas, pero claro, estas siempre vienen acompañadas de las primeras, así que decides ignorarlas dentro de lo que cabe y con educación, como siempre hicistes.


Tu blanca barba empieza a mecerse con la respuesta mientras te sientas y apoyas en tú fuerte alma gemela, que se alza siempre altiva y dispuesta a ofrecerlo todo, te acomodas y miras el cielo anaranjado con toques violetas mientras los gritos de las aves, que se marchan a su casa a dormir despues de un duro día, suenan con su peculiar armonia tapando el ruido interior de tus oidos, algo agradable a pesar de no formar una melodía o unos golpes de sonido lógico. Por cierto, te acabas de dar cuenta que acabas de humanizar otra cosa, vicio sano te excusas.


Sacas del bolsillo el misterioso bulto que la nada que te rodea (sin contar al arbol, espera, sí, la nada que te rodea es lo correcto) tenía curiosidad por saber que era, es un libro se descubre al fín antes los invisibles espectadores ¿otra vez creyendo en el cuarto muro? ya eres mayor para esas cosas, pero una sonrisa sincera ante tal situación hace que todos aplaudan al unísono, despues de todo fuistes y sigues siendo el mejor actor de tu vida.

El misterioso bulto, perdón, que diga el libro, es de tapa azul celeste, una bonita ironia conforme está el cielo ahora, y en medio tirando a lo superior hay un dibujo semi-foto de un lejano arbol en donde descansa una figura que sostiene algo en la mano, algo indistingible y que la imaginación, como siempre ha hecho, deduce y pregunta aún sin saber, como lo niños que saben la respuesta a algo que se le pregunta y apresuradamente quieren contestar los primeros empujando incluso a los demás niños, en este caso la imaginación no es que sean muchos y ruidosos niños, es que la pobre (o no) en realidad, como bien sabemos todos, tiene multiples personalidades, tantas como quiera uno.


¿Es el Sol algo más que vida? te viene de golpe a la mente, decides ignorar la pregunta ya que quieres ponerte firme y no distraerte del principal objetivo que te ha traido hasta aquí. Abres el libro con cierta curiosidad y como si fuera la primera vez que lo abrieras te sorprendes, pero no es una sopresa normal, es una doble sorpresa que intenta imitar a la imaginación y ves que es un libro vivo, sí sí, que está vivo, ya que intenta regalarte una foto, una foto ahí toda ella sola durante vete a saber cuanta mentira, así que decides aceptar el regalo sin más demora y te lo alzas a la altura de tu nariz (o de tus fosas nasales por sí hay algún tecnicista por ahí).

Es uno de los regalos más bonitos que te han hecho núnca, tanto físicamente como foto que és así como por lo que hay "dentro" representandose, una niña de amplia risa que jamás te podrás quitar de la cabeza, como a partir de ahora ese recuerdo que te acaba de llamar a la puerta ahí dentro de la misteriosa mente, un invitado que no esperabas y del que celebras una fiesta improvisada de la alegría y nostalgia (en el buen sentido que puede permirtir esta palabra) que te acaban de dar. No lloras de emoción, ya que tu orgullo está recogiendolo todo ahí en lo oculto ya que él es de ideas del estilo de que no hay que llorar delante de nadie si hay que dar alegría o hay que ser un hombre hecho y derecho y bla bla bla, pero decides ignorarlo un poco como siempre has hecho y algo muy humano empieza a asomarse al mundo como naciendo poco a poco que va yendo hacia la luz de la realidad.


Analizas muy quieto y pensativo esa mágica situación, tanto, que todas las mentiras que quiera inventar el hombre se paralizan por un instante, sabes que ha sido así, lo notas. Esa situación que comienza a ser dulce en la lengua de tu alma se expresa por sí misma, se expresa por tu cuerpo pero sin pedir permiso, te obliga a realizar actos y pensamientos involuntarios, a abrir las cerraduras de las celdas de los sentimientos, sin permiso y bien dirigido, logrando un caos armonioso que decides contemplar a pesar de ser el alcaide del lugar. El señor tiene que ser severo e imponer orden, pero decides que hasta los más vasallos merecen un día o, al menos, un momento de jolgorio y burla en frente de su superior.



Ahora es uno de esos momentos que no querrias cambiar por nada, es uno de "esos", ya sabeis a que me refiero, de eso que incluso solo se puede dar una vez en la vida, así que te dejas llevar por la respuesta y el misterioso bulto empieza a pasar sus páginas rápidamente y sin permiso (parece ser que tambien se unió a la fiesta) mientras sigues contemplando el pasado y unos hojas de tu alma deciden creer aunque sea por una (y ultima) vez en la ha veces fría física y te acarician lo poco que actualmente está en el mundo, creando así una hermosa imagen que resulta familiar y que parece sacada de una buena pelicula. De nuevo oyes aplausos (escuchar es díficil ahora mismo) pero la ambrosía de algo que no se puede palpar pero que todos sabemos que está ahí te roeda y se expande hasta esa duda infinita como lo es eso que jamás inventamos el hombre...

















...y, por fín, cerró los ojos para descansar...

miércoles, 20 de enero de 2010

Las cosas que he aprendido

Estuve meditando sobre todo lo que he vivido y como he llegado a ser la persona que soy ahora, tan solo trozos de pasado mezclados y sazonados con el presente para obtener así una buena receta de futuro.

Tambien medité sobre aquellos que lo saben todo y como una y otra vez tropiezan con su propio ego sin apenas darse cuenta, se ve que les ha ocurrido tantas veces y se han acostumbrado tanto que ya ni le dan importancia. Lo que más me gusta de ellos es que piensan que esos tropiezos son por culpa de la vida, que es muy dura e injusta, de alguna manera se tienen que justificar para proteger al ego, claro.



De las cosas que estuve pensando me di cuenta que escucho mucha variedad de música, disfruto escuchando compases compuestos, virtuosismo, armonias complejas y elaboradas aún cuando comencé a partir de unas bases echas de 4/4 y estructuras repetitivas. Esta evolución musical se la debo a mi curiosidad insaciable pero el principal culpable y quien fué la base de todo para que terminara siendo un melomano fué un poeta yonki (en su momento).

Comprendí de la vida que todos somos de una manera en concreto según el lugar donde se nazca, la gente que te rodea, la educación que recibas, de tus padres y sus genes (que somos una mala copia de estos y que paradojicamente acabamos superandoles) y de las casualidades que te ocurran, siendo posible que con cambiar solo un poco uno de estos aspectos te conviertas en otra persona. Esto lo aprendí de un videojuego.

Aprendí a comprender las reglas de la escritura, mejorar mi lectura y mi comprensión del alrededor gracias a una novelas juveniles que no enseñaban absolutamente nada, en las que ocurrian muchas cosas pero a su vez no pasaba nada, solo el tiempo.

Tambien pensé en como descubrí que para tener talento se tiene que nacer con él o ser lo suficientemente paciente, pero que tambien existen los genios a la fuerza, los que se esfuerzan y llegan al mismo nivel de los genios aunque tarden el doble o el triple de tiempo, al menos más experiencia y merito tendrán estos. Esto lo aprendí de un Manga.

Estuve durante unos minutos en el punto de vista en primera persona de un ser perverso, comprendiendo así lo terrible que es ese mundo y las obsesiones que pueden llegar a abarcarle a un ser así. Comprendiendo como el hombre puede caer en la degeneración fácilmente sin que este se lo espere o pueda controlarlo, todos somos debiles al fin y al cabo por muy fuerte que parezcamos. Esto lo aprendí de un cuento infantil.

Mi vida cambió y descubrí cosas que siempre habian estado ahí pero que nunca supe explicar y que ahora empiezo a controlar a base de andar por una ciudad única en su especie.

Me conocí a mi mismo, me comprendí más aún a partir de la maldad de los demás, de los a veces frios sentimientos de la humanidad, que tan solo se deja llevar por las olas sin darse cuenta que puede nadar a contracorriente en cualquier momento. A darme cuenta de, quizás demasiado pronto, lo que realmente es importante en esta vida y lo que no a base de recibir daño y no devolverlo.

Me conocí aún más a mi mismo cuando analicé los pecados capitales y me dí cuenta cual era el mio, con ello supe actuar en consecuencia siempre que puedo ya que sé un poco más por que lado pienso o actuo. Tambien me ha servido para ver de que pecan los demás y llevar más cuidado. Esto lo aprendí de un test del Facebook.

Me hace gracia aquellos que piensan que fuera de las grandes obras o de sistemas clásicos no se puede aprender, de como esas "tonterias" solo sirven para perder el tiempo sin molestarse siquiera en ver que incluso en las cosas más pequeñas hay una profundidad por descubrir. Realmente me dá igual lo que digan, ellos se lo pierden, así de simple, así que disfrutemos cada uno de nuestra peculiar vida y sigamos adelante por nuestros propios metodos, como siempre hemos hecho.