domingo, 18 de julio de 2010

Una sonrisa a través de la ciudad...

Invasión en el recuerdo, me dejo llevar por los pequeños detalles, por esas sensaciones tan pequeñas que nadie les da importancia. Se sumen en el error, más se pierden gloria deseada.

Las luces de la ciudad se abren ante nosotros, toma la mano y déjate llevar a través de las eternas calles de la creación propia. ¿Ves eso? ¿Ves que solo la imaginación de uno ya supera con creces todo lo existente? Simples mortales, dales el infinito para que luego solo aprecien burbujas y cercados en la antonomasia de lo cotidiano.

Me desvío del camino como tantas otras veces, pero es que no quiero perderme ningún detalle del alrededor, de aquello que cada vez menos son capaces de ver, los múltiples de caminos que se presumen observar pero que sin embargo no se logran transitar.


Ahora la vuelvo a ver, es esa sonrisa ¿Qué piensas? ¿Anhelas? ¿Deseas lo mismo que yo? Veo tu cuerpo, me excito ¿Qué sentías? ¿Qué deseas? Coge la mano y muéstrame el camino que tantas veces he transitado, házmelo ver de otra forma, pinta mi cara con una sonrisa gemela a la tuya. Te he deseado antes de conocerte, con solo saber tu existencia, y las expectativas han sido más que superadas, más bien desbordadas.

Vuelve a sonreír, vuelve a hacerme sentirme vivo, hazme desear el mirarte bajo la luz de la calle, de la farola de lo oculto. Tu sonrisa está más cerca, tu cuerpo se muestra más intenso del amarillo de lo envolvente.

Luz, camina conmigo, camina entre tu y yo, muestra lo que ocultas y ayudame a entender las calles no transitadas y los secretos a la vista que siempre se ocultan. ¿Son también tímidos como tú? Solo el tiempo lo responderá.


Cogidos de la mano corremos hasta el final de la interminable calle, de su eterna carretera rodeada de colores modernos, rodeo el alma, rodeas el alma, quiero ver hasta donde se llega. La única condición que te pido es que me sonrías ¿Es hermosa esa sonrisa por que es cierta y sincera? ¿O porque oculta la maestría del engaño? Sea lo que sea lo admiro, quiero como una simple mosca dejarme atrapar en la red de mentiras.


En la acera donde varias generaciones pisan, ahora nos toca a nosotros, quiero respuestas, quiero saber porque me duele el pecho, quiero saber porque me das inspiración tan al instante, quiero saber por que todo gira y toma otra forma.


Sigamos corriendo hasta la torre más alta y lancémonos al mismo vacío, mientras las luces nos golpean invisibles y sin fuerza, para colorearnos sin embargo de su pauta diseñada. Quiero anhelar, quiero seguir girando, vuélvelo a hacer, mírame, vuélvelo a hacer... sonríeme...

Giro a la izquierda...




Empapado en el vaho del pasado te muestras ante todo atónito de la vergüenza de la esperanza.

Y esa vieja canción pidiendo que sobrevivas...

Los brazos del terreno se amoldaban a las circunstancias, pero algún día tenias que descubrir la fragilidad de los brazos en el pos de la costumbre.

Y esa vieja canción obligando a que sobrevivas...

De abstracta imaginación te evadiste, fue culpa de ello, del giro a la izquierda pediste el perdón, fue culpa de ello, de corazón arrancado las lagrimas jamás salieron ¿Lo habías olvidado? ¿Por qué iban a hacerlo ahora?

Y esa vieja canción anunciando que sobrevivas...

El instante de lo metódico, de lo preparado sin saber lo que ocurriría, del desgaste del tiempo pero aún solido de función, esperando el momento, rogando lo eterno.

El cielo fue limpio, y esa vieja canción...