domingo, 23 de mayo de 2010

Lo que me acostumbré a decirte...

Lo que me acostumbré a decirte fue nuestro mejor aliado pero tambien fue nuestro peor enemigo en el final de las cosas. Pero aún así en ese fin del mundo fue nuestro mejor confidente y consejero, como cuando estabamos en lo desconocido, en ese lugar antes de que se creara el mundo.


Lo que me acostumbré a decirte fue esa excusa, ese preludio y prólogo de lo cotidiano, ese "no sé que decirte" y ese problema que lo solucionaba todo. Y es que él siempre ha estado presente en todo, aunque solo es sincero en realmente muy pocos casos.



Y es que, lo que nos acostumbramos a decir, es tan humano que no oculta su esencia, es la mentira perfecta pero a su vez lo que realmente pensamos. Cómo nos gusta sufrir a las personas, cómo nos encanta jugar incluso en las cosas más serias. Pero así es lo básico, todo por un objetivo, nada más, que nos reduce a la simpleza que realmente somos, a ese sueño que quizás ya se cumplió y que se revuelve aún en ecos del pasado y del futuro...


Lo que... me...

2 comentarios:

la rosa separada dijo...

Y lo que nos acostumbramos a no decir; el sí y el no. A mentir en lo oculto; en el silencio.

Jugamos hasta lo serio, qué cierto, pero ¿no es eso el riesgo de la vida, la pasión? ¿no es la excitación del día a día que nos hacer sentir vivos?

Cómo dice Jorge Drexler, la vida es más compleja de lo que parece, o quizá, somos nosotros mismos lo que la hacemos así...

Un beso muy rojo

ChelyJR dijo...

¡En que poco espacio lo has dicho todo!

El silencio... ese aliado tan caprichoso.


¡Qué grande eres MJ! ¡Joer! xD Gracias por redondearme el texto, tú con mucho menos dices más, tengo que aprender aún tantas cosas...


¡Un beso para tí tambien! ;)