martes, 18 de mayo de 2010

Inspiración al instante...



Parte 1

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Parte 2

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Es curioso como es la inspiración, simplemente viene y te lleva de la mano a donde quiere, normalmente a mundo nuevos pero que sin embargo pertenecen a tu interior...



Pon el vinilo e hipnotizate por el crepitar de este ¿Qué te dice? cuando lo logras descifrar te ves interrumpido por un sonido Lynchiano que te deja confuso y más rápido que tu mente te situa en esa vieja calle...


Una ciudad, un viejo organo que ya conozco a pesar de ser este un disco del pasado, de antes de maquinarse siquiera esa calle por las que tantas veces he pasado.

Nostalgia por uno, nostalgia por el todo, el saxo te dice todo esto y más y aún así no puedo expresar lo que siento de verdad, aún no puedo explicar lo que es para mí redescubrir lo que ya conozco, algo tan paradojicamente tan dificil y a la vez tan cotidiano...


Sonidos subterraneos del corazón, puede que el corazón del todo y el nuestro no sean tan diferentes. Me he perdido en ecos de recuerdos y sonidos casi de radares intentan ubicarnos dentro del alma, acabo de darme cuenta que todo es infinito... hasta lo infimo, hasta lo que no podemos ver y que tenemos siempre enfrente y dentro de nosotros.

Al principio pensé que era agua, ahora me doy cuenta que son mis tripas rompiendose por ese sentimiento tan intenso que no quiero reprimir. Pero esto es bueno, hay que romperse primero para poder reformarse y ser algo nuevo, ni mejor ni peor, simplemente algo distinto. Y tiene que ser así de lento, sí, para poder ser perfecto en lo que se hace y recolocar todo con milimetrica demencia de buenos resultados.


Ecos, pasados, presentes pero no veo futuros, solo lentos ritmos que nos llevan a seguir su juego y hacernos pensar en la misma velocidad. El pulso sube poco a poco... espera, no... es solo que se hace notar más... espera, tampoco... siempre ha estado ahí pero nuestra percepción por fin se da cuenta de ello. Lo que no parece importale de verdad es ese tono de lo cotidiano, ese sonido familiar de telefono. Pero da igual, decidimos por una vez darnos el capricho de ignorar y disfrutar de los ritmos del pasado.

Nos dejamos llevar por esta locura tan sana, nos dejamos llevar...


Adoro la sincronia, mi mente se deja llevar y nos fusiona con el entorno, mueve las pieza de una manera tan magistral que me sorprendo de mi mismo. Es curioso como uno empieza a disfrutar del espectaculo (que ironicamente sigue mostrandose Lynchiano) de lo inmutable, de aquello de lo que ya no se espera nada, de aquello que siempre vemos por mucho que nos movamos. Disfruta el espectaculo que has creado, es un regalo solo para tí, ama la sincronicidad y ella siempre estará ahí, en la vieja calle en el pasado de organos desgastados y amados, en el viejo corazón de una ciudad que te pertenece pero que a la vez desconoces. Siente libre de llorar otra vez, es el unico regalo que siempre te piden las notas musicales de la vida que nunca vivistes pero que sin embargo se te antoja tan tuya, tan cercana, tan posible... quien sabe si el futuro ya está escrito, quien sabe, pero al menos esta vida te pertenece por muy ficticia que sea dentro de lo real que siempre llega a ser... por siempre, no, juntos, sí, somos... seremos... extraños...

Aparece una ultima ironia con forma de titulos de credito.



¿Me sientes? Gracias por seguir ahí olvido...

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