viernes, 12 de diciembre de 2008

Almas...

¡¡¡Friooooo, que fríooooo, frioooooooo...!!!

Corramos un tupido velo (o estupido, va por gustos) y pasemos a hablar del disco propuesto.


Con solo el título ya se me ponen los pelos de punta, y es que este disco, aparte de ser uno de mis discos favoritos de todos los tiempos, es uno de esos discos especiales, de los que han sido escuchados en cierto momento de tu vida que hizo que calara más hondo. Uno de esos discos que no puedes calificar por el simple echo de ser algo aparte, es algo que forma parte de ti y que no es como los demás CDs. Seguro que me entendéis.

Nada más empezar a sonar la distorsión del principio, me pongo melancólico, es como si la música que fuera a sonar la conociera de toda la vida y ella a mí, es algo con vida propia.

Según lo vamos escuchando, nos damos cuenta de que nos cuenta una historia triste, una ruptura emocional muy fuerte con otra persona. Vemos que habla de esa espiral decadente en la que nos sumimos cuando vemos que nos falta esa otra parte de nosotros, esa caída que nos llevamos cuando quizás nuestra alma gemela no era tan idéntica como creíamos. Siempre se puede intentar arreglar, pero, sabemos, muy en el fondo, que ya nada volverá a ser igual. Ya lo dice el titulo, “Juntos somos extraños”, algo paradójico para ese alma que llegó a conocer cada rincón de nuestra existencia.

La voz de Tim Bowness es especial también, quizás no sea uno de esos cantantes de altos registros o de infinidad de recursos, pero ni falta que le hace. Él, directamente, te abre el pecho y te susurra con una dulce voz que no quieres dejar de escuchar. Se le nota una persona que ha sufrido y que quizá ese dolor solo pueda ser transmitido por sus labios.

Conforme avanzamos en la escucha vemos una evolución en la persona herida, quizá, hasta esa redención con forma de asimilación, de autoconvencimiento final para dar comienzo, de nuevo, a la vida.

Este disco, también lo veo perfecto para caminar o conducir por la ciudad, pero de noche, con las luces de la ciudad contándonos sus historias, para ver pasar las farolas a nuestros lados mientras vamos por las eternas carreteras que no queremos que acaben. Un disco que ademas de golpearte el corazón, te invita a la reflexión y a imaginar la historia de su protagonista que, probablemente, sea la misma que la nuestra, una historia de largas caminatas solitarias por esos lugares vacíos que parece que solo conozcamos nosotros, que quizás hayan sido regalados por el mundo solo para nosotros.

En resumen, no puedo ser más sincero, estas palabras me salen solas mientras escucho esta pequeña obra de arte que forma parte de mí por estar en el momento justo en el lugar exacto, solo decir que, gracias No-Man.

-- Ursiban –comencé- perdona que te pregunte, pero… ¿por qué siempre te muestras tan distante?

Mi ya del todo amigo me miró a la cara dejando a un lado el lejano mundo en el que estuviera pensando, no pareció sorprenderse, su cara seguía tan seria pero inspiradora como siempre, y, tan tranquilo como de costumbre, me contestó:

-- Por que me siento cómodo contigo.

Era la última respuesta que me hubiera esperado, me dejó un poco confuso, pero enseguida pude contestar con un < ¿Qué?> que obligó a Ursiban a contestar coherentemente:

-- Pues eso, nuestras almas están en muy buena sintonía.

Seguía sin entenderle, creo que era la primera vez que me pasaba aquello con él, y eso que habíamos pasado decenas de situaciones similares.

-- Bueno… -continuó explicando Ursiban- para mí, todas las almas están conectadas con un hilo, aunque sea muy fino, y el nuestro es bastante fuerte, me hace sentir seguro.

-- ¿Te refieres a eso que dicen algunos filósofos de que todo está conectado en una especie de "Todo" hasta el ultimo átomo? –le pregunté aún sin salir de la pequeña confusión. Creí entenderle.

-- No, ja ja ja –pareció divertirle mi comentario, cosa que me puso un poco más inquieto ya que él jamás reía- tú siempre tan lógico y sensato.

-- Entonces explícate –dije en un tono medio amenazante.

-- Pues… -pareció relajarse un poco antes de explicar- ¿como explicártelo…? Bueno, es como cuando tienes una relación muy fuerte con alguien y notas que estás conectado siempre a esa persona, como si siempre estuvierais presentes el uno con el otro.

-- Entiendo… -hice creer.

-- Para mí… esa sensación es debido a que el hilo que os une es mucho más groso, ya que lo habéis alimentado con vuestras almas y sentimientos, logrando que un alma se amolde con la otra formando así una única forma.

No esperaba para nada ese tipo de pensamiento en Ursiban, creía que empezaba a conocerlo, pero realmente su interior era aún para mí una caja de sorpresas. Pero su conversación comenzaba a fascinarme, su visión me causaba buena sensación e hice una especie de gesto para que explicara un poco más. Muy pocas veces lograba ver a mi compañero así y había que aprovechar.

-- Todas las almas –pareció de nuevo situarse para proseguir- tienen una forma, y según con quien se unan pueden, digamos, encajar más o menos, logrando así una nueva forma de la unión de ambas. Si alguien se muestra ofensivo, su alma crece y solo sabe aplastar, casi siempre sin querer, a otras almas más pequeñas. Imagínate aquellas que siempre están abiertas y reciben tal reacción…

-- Sería doloroso –empezaba a entenderle.

-- Sí, pues todas esas relaciones hacen que los hilos que nos unen cambien. Si pudieran ser visibles esas uniones veríamos el mundo entero cubierto, ya que cualquier interacción que hayamos tenido con cualquier otra persona, por muy pequeña que sea, nos forma un hilo aunque sea de invisible grosor.

-- ¿Así que todas las personas con las que he hablado o cruzado la mirada formaron una unión conmigo? Eso quiere decir también que aún permanecemos unidas ¿no?

-- Exacto.

-- ¿Y porqué dices entonces lo de nuestra sintonía?

-- Porque nuestras almas, a pesar de ser grandes, no se molestan la una a la otra, ni se juntan, ni se aplastan mutuamente. Hemos creado un grueso hilo irrompible, algo creado a partir de un perfecto equilibrio.

Ese comentario me dejó pensativo, realmente Ursiban, a pesar de su abisal frialdad, había mostrado un aprecio hacía mí, pero no uno cualquiera, si no uno fuerte. Su punta de vista realmente no me convenció del todo, pero si que me hizo respetarle un poco más y sentir aún más curiosidad por él. Entonces, me paré a analizar un poco mi reacción y análisis, con lo que se me esbozó una pequeña sonrisa que probablemente Ursiban viera.


Creo que ya sé a que se refería…

jueves, 4 de diciembre de 2008

"Saliendo del desvío y viendo de nuevo..."

Como cual gusano que ha surgido de la crisálida en la que hibernada en una sensación oceánica que no quería acabar, recuerdo este blog para dedicarle un poco más de mi vida y darle un poco de ese oro que todos tenemos como lo es el tiempo.


Steven Wilson - Insurgentes


Comentaré un disco que apareció hace relativamente poco, y no es otro que el nuevo disco de uno de los productores e ingenieros de sonido más deseados, así como el cerebro tras Porcupine Tree, el señor Steven Wilson. Este disco lo habrán comentado en mil lugares y blogs, pero como admirador que soy no he podido evitar recomendarlo, y es que el disco se las trae.

En el, podemos apreciar decenas de sonidos y atmósferas muy en la onda experimental como nos tiene acostumbrados este hombre, siendo un trabajo muy relajado salvo por pequeñas partes de algunos temas que se desata el caos bajo un orden muy bien cuidado. También diré que es un disco apto para todo el mundo (el primer tema enganchará a muuucha gente) pero especialmente para fans que conocemos de Wilson incluso sus proyectos paralelos como No-Man o Bass Communion, ya que a lo largo del disco encontraremos muchos sonidos y partes que recuerdan absolutamente a todos esos proyectos. No se ha dejado ni una sola influencia el jodio, una gran auto-referencia u homenaje a sí mismo como me gusta decir.

Por último diré que lo recomiendo escuchar con cascos, y es que de ello solo puedo decir que hay que preparase bien el equipaje para el viaje que ofrece a cientos de lugares conocidos y desconocidos de nuestra mente. En resumen, una delicia llena de detalles.

El genio contemplaba su obra de nuevo, líneas y círculos que quizá solo su mente podían entender, pero que aún así poseían una innegable pasión para las demás mentes.


Furioso, volvió a coger el bote de pintura blanca y sin titubear ni un momento lo estampó con una furia propia de un crío hacia su obra, quedando esta por una parte ahogada en la pureza blanca de su nueva forma.


El genio siguió preguntándose a sí mismo el porqué, el porqué de repente solo sabía crear aberraciones o obras de arte mediocres que no aportaban nada nuevo en estos tiempos tan competitivos, el porqué sus manos se habían quedado agrietadas y sin talento y daban vida a obras que todo el mundo admiraba sin tener el criterio necesario o que fingían encantarles.


Se sentó de nuevo en el suelo, pudo sentir su frío tacto que se sumó al de la fría noche, sintió un pequeño escalofrío y se dio cuenta entonces que con la emoción de las ultimas horas había olvidado abrigarse un poco mejor, así que de nuevo se levanto inquieto a protegerse un poco.


Después de cubrirse con una manta dañada por el tiempo y prepararse un café bien cargado, aunque no lo necesitara, volvió a la sala principal de su estudio a observar a su negado bastardo, el cual había manchado el suelo con la pintura que chorreaba aún de ira.


Se puso delante de la obra sin importarle mancharse los pies descalzos de pintura para apreciar de nuevo, al menos en la parte descubierta, la infinidad de fallos que solo un ojo creativo podía ver. Entonces, pensativo y con una pasividad endiablada, comenzó con el dedo a trazar bocetos sobre la pintura blanca ya casi seca, abarcando la parte limpia y juntado dichas líneas blancas con líneas de colores dibujadas en su creación. Una vez terminó después de una nula noción del tiempo en su mente, se alejó despacio hacía atrás para observar mejor. Su obra había sido terminada con una genialidad admirable, que probablemente daría de que hablar en el SOHO.


Pasó otro incontable rato y al fin cayó rendido al suelo, suspiró y lamentó en sus adentros, sabía que esa obra no era merito suyo. La culpa de todo la tenía él, que siempre que pensaba en su imagen le venía a la mente las más grandes ideas que podía concebir. Su ultima obra anterior a esta, expuesta la semana pasada, había sido un éxito total entre prácticamente todo el público, incluido los incomprables y cabezotas críticos, pero de la que aún así no se sentía orgulloso. Sabía que a pesar de que sus manos la habían realizado al completo hasta el último detalle, el merito vino de aquel hombre con el cual solo se cruzó su mirada, lo cual bastó para hundirle en una espiral decadente de auto-infravaloración. Aquel hombre era una fuente de inspiración, una musa, lo cual la idea le enfermaba, demostrándolo de nuevo al terminar la obra que tenía delante a pesar de estar medio destruida por sus incontrolables impulsos.


Ursiban… es lo único que articuló mientras entraban los primeros rayos de luz de un nuevo día a través de las entrecerradas persianas.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Como decía...

…era ya de noche, los ojos de Yusek no apartaron por un buen rato la mirada del oscuro e invisible horizonte solo decorado por el muy tenue contorno de una montaña. Tan pensativo, parecía que intentara encontrar en todo aquel inmenso vacío la respuesta a todo ese incomprensible miedo que siempre había sentido y que hasta ese mismo día no se había percatado y analizado. Aquel vacío que observaba, le recordaba al suyo propio, al que había sentido toda su vida hasta hace un momento, hasta que apareció el pequeño ser que perturbó su calma interior y la paz de su sagrado lugar.

Giró su cabeza a la izquierda donde se hallaba la hoguera que los calentaba, se quedó otro buen rato observando al ser anaranjado, el cual devoraba con ansia otra manzana e, impaciente, tenía esperándole una pera con muy buena pinta.

El ser se percató que le observaban y miró alegremente a su vigilante, este apartó la mirada en un fugaz movimiento mitad de alarma y mitad timidez. El ser, mientras seguía comiendo, admiraba a su gran protector que le había salvado de uno de los mayores males que hay, el hambre, con lo que, una vez terminada su manzana, agarró la pera y se acercó a Yusek.

Yusek vio por el rabillo del ojo como su pequeño compañero se levantaba, un miedo aún mayor le invadió, pero no supo que hacer, estaba entre incomodo pero emocionado por algo nuevo que jamás había sentido, su cuerpo y mente parecían no querer reaccionar confusos ante tanta nueva experiencia. Su supuesto enemigo que le propinaba aquellos malos momentos le abrazó por la espalda, a Yusek le dio un vuelco el corazón y solo pudo oír un leve <>. Ya alarmado del todo y con la mente a punto de estallarle se levantó bruscamente soltandose y alejandose de su acosador, este, confuso le preguntó que le ocurría, a lo que Yusek no contestó e intentó retirarse a dormir a un lado de la confortante hoguera. Desilusionado, el pequeño “atacante” siguió con su pera antes de dormir caliente al lado de la hoguera, muy cerca de Yusek para sentir bien su presencia.

Bien entrada la noche, Yusek solo había podido dormir un pequeño rato, ya que no conseguía pegar ojo sabiendo que aquello se encontraba a su lado, tanto que le podía escuchar respirar muy levemente. Escuchando aquella respiración, dejaba perder su mente en pensamientos confusos y violentos, como esperando que algo terrible fuera a ocurrir, pero en toda la noche no ocurrió nada, solo que notó como el pequeño desconocido se arrimaba más a él buscando calor, como una cría que se acercaba a su madre buscando protección y cobijo. Entonces, Yusek pudo entender que su visitante inesperado tan solo era un niño, tan niño como lo fuera él, temeroso de todo lo que le rodeaba y que tan solo buscaba un lugar en el que refugiarse. Recordó a su difunta madre, con lo que Yusek pudo notar un intento de lagrima en su ojo; había olvidado tantas cosas desde que decidió encerrarse en aquel lugar, es más, desde que decidió encerrarse en sí mismo olvidando lo que él era y todo lo que representaba el mundo en sí. Ya más esclarecido, se dio la vuelta y abrazo al pequeño esperando reconfortarle y quitarle el miedo que no era necesario.

Ya era medio día, su pequeña compañera, Yis, agarraba con fuerza e ilusión la mano de Yusek. Esta le miraba inocentemente y con una sonrisa en la cara, que consiguió arrancar de Yusek un pequeño recuerdo de su mente con la consecutiva medio sonrisa de nostalgia.

La pequeña le arrastraba con las dos manos hacía la entrada del camino tapado, pero Yusek seguía sin estar seguro de aquello y oponía una pequeña resistencia de inseguridad. Una vez a la altura de la entrada, Yis lo soltó y empezó a apartarlo todo; las hojas, piedras y ramas que ocultaban aquello. Yusek no intentó impedirlo aunque en el fondo se sintiera como si le aplastaran el pecho violentamente. Quizá la pequeña Yis tenía razón después de todo, así que decidió ayudarla a abrir el camino ya más decidido que antes.

Una vez terminaron, Yis le cogió la mano de nuevo, su dulzura sin ningún tipo de malicia traspasaba cualquier barrera emocional de su gran acompañante, dejándolo confuso sin saber nunca como reaccionar. << ¿Vamos?>> dijo entusiasmada mirando a los tristes ojos de Yusek, este, no dijo nada, simplemente caminó hacía delante cruzando el umbral prohibido, rompiendo así lo que le encadenaba a aquel lugar eterno, a cambio de conocer el mundo que tan pacientemente siempre le había esperado.

Su corazón empezó a relajarse una vez se alejaban de allí, empezó a sentirse extraño pero a su vez cómodo. Miró a su a partir de ahora fiel compañera y le sonrió, miró hacía delante y, sin mirar atrás y decidido, empezó su búsqueda de conocer el mundo y, sobretodo, de encontrarse a sí mismo.